lunes, 15 de noviembre de 2010

PLATAFORMA AMERICA DEL SUR UNFPA/ CLAI - PMJG

En la ciudad de Buenos Aires a los quince días del mes de Octubre del 2010, reunida la Pastoral de Mujeres y Justicia de Género del CLAI, de los países de Argentina, Uruguay, Paraguay, Ecuador, Bolivia y Perú, nos pronunciamos a favor del cumplimiento de los Objetivos del Milenio (ODM) promovidos por las Naciones Unidas, en particular por aquellos más relacionados con la equidad de género.
Reconocemos que una de las herramientas claves para la reducción de la pobreza es mejorar los sistemas educativos fomentando la gratuidad, el derecho a la información y a una alimentación y salud que sustenten la vida digna. Instamos a los gobiernos y organizaciones de la sociedad civil y religiosa a unirse en pos de este objetivo mediante la promulgación de leyes, políticas sociales y públicas, y a través del diálogo que fomente la participación activa y el compromiso de todas/os las/os actoras/es involucradas/os en el sistema educativo.
Reconocemos que el VIH-SIDA es una realidad hoy tanto en la sociedad como en nuestras comunidades de fe, integradas por un pluralismo de sexualidades. Denunciamos deficiencias en la educación, información y prevención que generan discriminación hacia las personas afectadas y su entorno.
Vemos con preocupación la invisibilidad de la problemática de género transversal a los Objetivos del Milenio en nuestras sociedades y comunidades de fe. Reconocemos la necesidad de crear políticas públicas que protejan a las mujeres en la temática de violencia, teniendo en cuenta los distintos contextos y situaciones en que se encuentran. Sentimos la necesidad de unir esfuerzos entre todas las iglesias y con agentes estatales para abordar acciones que eficazmente protejan a las mujeres.
Llamamos a reflexión sobre la situación de las mujeres migrantes, muchas veces de escasos recursos que se encuentran en situaciones muy precarias y carentes de amparo: legal, económico, familiar, afectivo, etc. Denunciamos la falta de estrategias para abordar este tema en aquellas mujeres más vulnerables y necesitadas, más expuestas a los riesgos de trata y tráfico de personas.
Por último denunciamos la necesidad de mejorar cualitativamente la atención a la mujer embarazada, los cuidados de salud materna y prevención de la mortalidad infantil. Creemos necesaria tanto la implementación de servicios de salud accesibles para adolescentes que incluyan programas de salud reproductiva, prevención del VIH-SIDA y otras ITS, como la contención pastoral de nuestras comunidades de fe con una mirada integradora.

Como iglesias nos comprometemos:
1) a unir esfuerzos con los Objetivos del Milenio a través de alianzas estratégicas, impulsando la educación no sexista, la igualdad de oportunidades, la diversidad en todas sus formas y la vigilancia activa para el cumplimiento de derechos.
2) a utilizar los espacios y recursos de nuestras iglesias para implementar programas de prevención del VIH/SIDA y sensibilización en la inclusión, que permita hacer efectivo el mandamiento de Jesús de amarnos los unos a los otros. Llamamos a todas las comunidades de fe a implementar programas de acompañamiento integral a las personas afectadas dentro de su entorno.
3) a capacitar y formar en los distintos temas que atentan contra la vida plena, diseñando estrategias para abordar la problemática de las migraciones y especialmente la trata y tráfico de personas.