sábado, 6 de diciembre de 2008

MENSAJE DEL ENCUENTRO REGIONAL CLAI -UNFPA

CLAI – UNFPA
Mensaje del Encuentro Regional “Las Iglesias y la salud sexual y reproductiva”

Vengan, adoremos de rodillas;
arrodillémonos delante de Dios,
pues Él nos hizo.
El es nuestro Dios, y nosotras y nosotros su pueblo;
somos ovejas de sus prados
Escuchen hoy lo que él les dice
“No endurezcan su corazón” (Salmo 95, 6-8ª)

1. Convocadas y convocados por nuestro compromiso con el Evangelio anunciado y encarnado por Jesús de Nazaret, nos hemos reunido, hermanas y hermanos, que pertenecen a once denominaciones cristianas de Argentina, Paraguay y Uruguay, en Colonia Valdense de la República Oriental del Uruguay, los días 21 a 23 de noviembre de 2008. Hemos sido invitados para este encuentro por el Consejo Latinoamericano de Iglesias, a través de la Pastoral de Mujeres y Justicia de Género, y la Pastoral de Jóvenes, contando con el apoyo del UNFPA[1], para buscar juntas y juntos dialogar y debatir sobre el tema “Las Iglesias y la Salud Sexual y Reproductiva”.

2. Hemos coincidido que la salud sexual y la salud reproductiva son un estado general de bienestar físico, mental y social y no una mera ausencia de enfermedades o dolencias, en todos los aspectos relacionados de la vida.
Hemos reconocido el derecho implícito de las mujeres en sus diversas etapas de la vida, al igual que los varones a la planificación de la familia de su elección, así como a obtener información sobre salud sexual y salud reproductiva y acceso a métodos para la regulación de la fecundidad que no estén legalmente prohibidos en la legislación de cada país de los cuales procedemos. Métodos seguros, eficaces, asequibles y aceptables, y que respeten en todo momento la autonomía y libertad de conciencia y convicciones personales.[2]

3. Hemos escuchado con dolor y alarma las estadísticas de muertes que en América Latina afectan a las mujeres, en especial aquellas que viven en situación de pobreza extrema, a causa de abortos realizados en condiciones inaceptables y que son consecuencia directa de las políticas penalizadoras actualmente vigentes.
Cada número representa para nosotras y nosotros una vida de hermanas amadas por Dios y creadas a su imagen. Esas muertes, que se hubieran podido evitar, son un grito que pide justicia y solidaridad.

4. Levantamos nuestras voces y comprometemos nuestras acciones para trabajar para que el estigma que afecta a las mujeres que se someten a un aborto ilegal sea eliminado y así puedan acceder rápidamente a los servicios de salud. La dignidad y el respeto de todos los derechos humanos y el pleno ejercicio de los derechos de ciudadanía de todas y cada una de estas mujeres deben ser garantizados por las autoridades de acuerdo con las convenciones internacionales suscriptas.
Nos comprometemos a que nuestras comunidades de fe puedan monitorear, junto a otras organizaciones, estas acciones y acompañar en forma integral a estas mujeres.

En unidad recomendamos las siguientes acciones:

· Promover programas sostenibles de educación sexual que propicien una vivencia de la sexualidad y procreación responsable, que evite el embarazo no deseado.
· Promover y asegurar programas que faciliten el acceso gratuito y confiable a todos los métodos y recursos legales que permitan evitar los embarazos no programados.
· Promover la difusión y el conocimiento de los derechos que todas las mujeres tienen en relación al acceso a la información, asistencia y asesoramiento de los diversos programas de salud sexual y salud reproductiva.
· Frente al dramático informe y realidad que reflejan las estadísticas de muerte de las mujeres sometidas a abortos clandestinos, buscar juntas y juntos respuestas más imaginativas y creativas que puedan detener esta situación.



“Ya no es posible creer que todo es fácil,
Hay muchas fuerzas que producen muerte,
Nos dan dolor, tristeza y desolación,
Es necesario afirmar nuestra unión.”

(De la canción Momento Nuevo)


Foro de Género de CLAI Argentina
Foro de Género y lucha contra la violencia CLAI Paraguay
Foro de Mujeres CLAI Uruguay
Pastoral de Juventud del Río de la Plata CLAI
Coordinación de la Pastoral de Mujeres y Justicia de Género

[1] UNFPA Fondo de Población de las Naciones Unidas
[2] UNPFA. Cairo, Cairo+5. Documentos Oficiales. 1 Informe de la Conferencia Internacional sobre Población y el Desarrollo. El Cairo, septiembre de 1004.

DÍA MUNDIAL DEL SIDA

LIDERA, EMPODERA, ACTUA.
Detengamos el SIDA.
Mensaje de las iglesias, Redes de personas que viven con VIH y SIDA y de las Organizaciones de la Sociedad Civil para el
Día Mundial del SIDA 2008

En este Día Mundial del SIDA 2008, afirmamos nuestro compromiso como comunidad de fe, como personas responsables de una vocación de servicio y de promoción de derechos, que estamos dispuestas y dispuestos a asumir nuestras promesas para detener el SIDA. Esta crisis mundial exige una acción mundial. Es tiempo de cumplir y de actuar. Los gobiernos de 189 países, en el marco de Naciones Unidas, votaron las Metas de Desarrollo del Milenio. En esos ocho objetivos se comprometieron a construir un mundo más humano, solidario, equitativo y justo. Desde nuestro compromiso de fe tomamos esas metas como un plan estratégico y las incorporamos en nuestra estrategia de incidencia en políticas públicas en nuestro propio país y asumimos la tarea de ser un espacio donde se monitorean las acciones destinadas a alcanzar esas metas.

El cumplimiento de todas y cada una de las Metas de Desarrollo del Milenio, tiene directa y objetiva incidencia en nuestra tarea de detener la epidemia del vih. Asumimos y comprendemos esas metas como una unidad transversal a todos nuestros esfuerzos por prevenir el SIDA. La pobreza, el analfabetismo, la inequidad de género, las dificultades en el acceso a servicios de salud y a medicamentos, son todos y cada uno, cofactores que dificultan nuestra trabajo de prevención y acompañamiento a las personas que viven con vih o con sida.

Lidera. Comprendemos nuestra responsabilidad de colocarnos a la vanguardia de las acciones de prevención, educación, acompañamiento e incidencia en las políticas públicas en vih y sida, no como un ejercicio de poder sino como un servicio a las personas y grupos más vulnerables de nuestra sociedad. Dijo Jesús a sus discípulos: “Ustedes saben que los jefes de las naciones dominan sobre ellas y los poderosos les hacen sentir su autoridad. Entre ustedes no debe suceder así. Al contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes, y el que quiera ser el primero que se haga su esclavo, como el Hijo de la humanidad, que no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud” (Mateo 20, 25-28) Promover la dignidad de esos hermanos y hermanas es una cuestión ética y moral, de principios y acciones que debemos emprender ahora y aquí.

Empodera, Nuestra experiencia en el acompañamiento a personas y grupos vulnerables nos ha enseñado que el empoderamiento es un proceso que nace desde adentro de cada persona y de cada grupo vulnerable al vih y al sida. Nuestra tarea es la de facilitar o promover procesos de transformación que permiten a las personas y a los grupos estigmatizados y marginados, iniciar procesos de liberación y de un pleno ejercicio de sus derechos de ciudadanía que ningún virus ni enfermedad pueden quitarles. Reconocemos también, que somos nosotros y nosotras, miembros de diversas comunidades de fe, quienes igualmente necesitamos empoderarnos para romper silencios y complicidades que han llevado a una trágica difusión de la epidemia. Juntos y juntas, como comunidades y como personas, nos daremos fuerzas para frenar la epidemia, terminar con los estigmas y prejuicios, porque sabemos que para detener la epidemia tenemos que terminar con todas las desigualdades sociales, económicas y las inequidades de género que destruyen la diversidad de identidades.

Actúa. Tenemos clara conciencia de lo mucho que falta hacer para alcanzar las Metas de Desarrollo del Milenio. Sabemos que permanecer en silencio y sin acciones de incidencia en todos los niveles y áreas que atañen a las personas y grupos vulnerables al vih es un peligro y tenemos que actuar sobre esa realidad con urgencia. Es por ello que en este Día Mundial del SIDA queremos renovar nuestro compromiso de movilizar nuestro liderazgo y comunidades para poder alcanzar esas metas antes del 2015.

Nos comprometemos a asumir un liderazgo confiable y sustentable para promover que los gobiernos de nuestros países implementen todas las medidas necesarias para que en el año 2015, podamos celebrar el haber alcanzado las siguientes metas y objetivos que, de distintas formas, son cofactores que hacen que las personas sean más vulnerables al vih y al sida.

Meta 1. Erradicar la pobreza extrema y el hambre.
Si realmente queremos evitar que más personas se infecten con vih, tenemos que reducir a la mitad el porcentaje de quienes tienen ingresos inferiores al equivalente de un dólar norteamericano por día. Esa situación pone a toda esta población fuera de todo método de prevención, información y por supuesto, hace imposible el acceso a los medicamentos esenciales para tratar la enfermedad.

Sabemos muy bien, como líderes con responsabilidades en nuestras comunidades, que aquellas personas que padecen hambre, no están en condiciones de implementar acciones de prevención a la infección del vih, ni pueden procesar adecuadamente la información que tiene como objetivo educar para prevenir el vih.

Texto Bíblico:
Evangelio según Mateo 14, 13-21. La primera multiplicación de los panes.
“No es necesario que se vayan, denles de comer ustedes mismos”

Este pasaje del evangelio que siempre en nuestra mente ha tenido como título la multiplicación de los panes, para nuestra sorpresa hoy descubrimos que esa operación matemática no existe en el texto. El centro del relato no está puesto en la inexplicable multiplicación sino en la visible solidaridad y la preocupación de Jesús por las multitudes y el envío de los discípulos a distribuir. Es mucho más importante considerar hacia dónde van los panes y los peces que discutir de dónde viene esa comida. El milagro no está en la acción de multiplicar sino en la acción de compartir. El núcleo de este pasaje nos enseña que no es bueno que alguien pase hambre y que esta preocupación social muy concreta se ubica en el centro del mensaje evangélico. Estamos llamados a construir un mundo donde ya nadie sufra hambre de comunidad, de inclusión o de bienestar social.

En cierta manera cada gesto, cada paso dado por Jesús en esta escena tiene un carácter simbólico. Es una acción en clave de liberación. Jesús de Nazaret, sale del espacio de la vida cotidiana, se aparta de los compromisos sociales para tomar perspectiva.

Jesús no solamente es el origen de los panes y peces para compartir sino que él mismo se hace pan de vida. En la bendición que pronuncia Jesús sobre los panes y peces también tenemos una clara acción política. En primer lugar las Escrituras se pueden entender cuando son interpretadas desde el contexto histórico determinado de las personas con las cuales esas Escrituras son proclamadas. Las Escrituras suenan muy diferente cuando las escuchamos junto a las personas y de los grupos vulnerables al vih y al sida que tienen hambre y sed de justicia. En ese contexto el Evangelio nos interpela y nos llama a ser la iglesia que siempre se reforma. Jesús al interpretar las escrituras, las supera y la Palabra deja de ser doctrina para hacerse vida y pan.

Meta 2. Lograr la enseñanza primaria universal.
Si queremos detener la propagación del vih, nuestras comunidades de fe, tienen que ejercer una incidencia en políticas que permitan que todos los niños y niñas, y todos los adolescentes de nuestros países pueden terminar el ciclo completo de enseñanza primaria. Tenemos profunda confianza en que la educación y la alfabetización son herramientas que nos pueden ayudar a terminar con la crisis mundial del vih. Aquellas personas que no han completado su educación primaria son más vulnerables al virus porque les resulta más difícil comprender e implementar mensajes de prevención.

Texto Bíblico:
Mateo 28, 16-20. La misión universal de los Apóstoles.
“Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos…enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado”

Este mandato de educación se hace desde los márgenes de la sociedad de aquel tiempo y de ahora porque la educción es una herramienta para terminar con situaciones de exclusión. La educación es parte del proceso de empoderamiento y del pleno ejercicio de todos los derechos humanos. Nuestro compromiso y liderazgo para promover una educación que libera es un claro desafío a los poderes que sospechan, dudan y obstaculizan la misión de promoción de dignidades. Lograr que todas las personas en su diversidad accedan a los procesos educativos es parte de la sanación de nuestro mundo y la construcción de un espacio donde todas y todos seremos reconocidos como iguales.

Meta 3. Promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer.
La justicia y equidad de género es un elemento fundamental en la prevención del vih y del sida. Nuestras comunidades de fe, con larga tradición en la promoción y defensa de los derechos humanos, se comprometen a ser espacios donde este análisis del ejercicio de los derechos de ciudadanía de acuerdo a la diversidad de identidades sexuales y de género, nos pueden ayudar a eliminar situaciones de injusticia y vulnerabilidad que hacen que algunas personas están más expuestas al vih.

Texto Bíblico:
Lucas 10, 38-42. El encuentro de Jesús con Marta y María.
“Marta, Marta, te inquietas y te agitas por muchas cosas y sin embargo pocas cosas, o más bien, una sola es necesaria. María eligió la mejor parte, que no le será quitada”

Este relato nos brinda algunas pistas para nuestro trabajo en vih. Muchas veces tenemos miedo a las transgresiones en cuestiones de género y de identidades. Estamos dispuestos a realizar acciones tradicionales como las de Marta, que no cuestionan nada ni a nadie pero en el movimiento y en la acción pensamos que estamos haciendo algo y alcanzando metas que no son esenciales. No es posible trabajar con las personas y los grupos en situación de vulnerabilidad si no nos atrevemos a ocupar espacios hasta hoy prohibido a personas y grupos de identidades diversas. Si apoyamos los procesos de empoderamiento nuestra acción no tendrá ningún resultado en la incidencia de políticas públicas y renovada acción de acompañamiento pastoral.

María, que representa una forma alternativa de comprender a Jesús de Nazaret, escogió la mejor parte. ¿Cuál es esa mejor parte? Es la escucha atenta de las promesas de Jesús de Nazaret. Solamente mirando y contemplando a este Jesús podemos encontrar el Dios escondido en nuestras paradojas.

El servicio, la diaconía, las muchas tareas, no los hacemos por imposición o por obligación sino que nacen naturalmente cuando nos llenamos del amor incondicional de Jesús de Nazaret. Ese amor produce amor, esa reconciliación produce reconciliación, esa inclusión produce inclusión. En la cruz Dios encuentra a las personas allí donde están: con sus miedos, mezquindades y exclusiones. Es allí que todas las identidades mueren para renacer a una nueva vida, a una nueva identidad de la cual todos y todas participamos, compartimos y desde donde aprendemos ahora a mirarnos en forma transgresoramente evangélica. Todos y todas estamos llamados en el contexto de la epidemia del vih y sida a renacer a esta nueva identidad de hijos e hijas de Dios y de hermanos y hermanas en la cruz de Jesús de Nazaret.

Meta 4. Reducir la mortalidad infantil.
El compromiso con la vida plena y abundante hace necesario que nuestras comunidades de fe se movilicen para alcanzar antes del 2015, la meta de reducir en dos terceras partes la tasa de mortalidad de los niños y niñas menores de 5 años. Sabemos que la pobreza, la falta de un adecuado proceso de educación y la inequidad de género hacen vulnerables al vih y al sida a mujeres en edad reproductiva, y a los niños y niñas que nacen en situaciones de exclusión y marginación.

Texto Bíblico:
Mateo 1, 16-18 La matanza de las y los inocentes.
“En Ramá se oyó una voz, hubo lágrimas y gemidos, es Raquel que llora a sus hijos e hijas y no quiere que la consuelen porque ya no existen”.
Una de las claves para tratar de encontrar una buena noticia en este relato de tanta crueldad es leerlo en perspectiva de la liberación de nuestros prejuicios y temores para hacernos mejores instrumentos de renovación de nuestras iglesias y sociedades. Sin duda, detrás de este relato podemos encontrar paralelos y semejanzas con los relatos previos a la liberación del pueblo de Dios de todas las esclavitudes. Que las estadísticas que nos muestran el drama de la mortalidad de los niños y niñas menores de 5 años sean un elemento movilizador de nuestro liderazgo y nuestra acción.
Quizás hoy al igual que entonces tendremos que tomar como paradigma y modelo de nuestra acción, palabra y testimonio a Raquel que se niega a ser consolada. Cuando sabemos que tantos y tantas hoy se siguen infectando por el vih porque no hay políticas sustentables de prevención y educación. Sabemos que aquellos que hoy se enferman de vih son cada vez más los jóvenes, pobres y mujeres, no podemos aceptar ser consolados. Nuestro grito y llanto de rabia, se alza en rechazo de esas políticas publicas de salud que niegan a multitud de personas que les ha tocado nacer en países que no tienen claras estrategias que permitan el acceso universal a los medicamentos antirretrovirales que dan calidad de vida a las personas que viven con vih. No queremos ser consolados, no queremos dejar de gemir ni llorar por tal violencia y tal matanza de inocentes. Asumimos el compromiso de rechazar todo consuelo para que nuestras lágrimas y nuestro dolor por la situación de injusticia a la que son sometidos hermanos y hermanas, amigos y amigas en todo el mundo puedan producir liberación de esta esclavitud impuestas por los faraones de este sistema que produce muertes inocentes.

Meta 5. Mejorar la salud materna.
Sabemos muy bien que tenemos que asumir un claro liderazgo en temas de salud sexual y salud reproductiva que permita reducir la tasa de mortalidad materna en tres cuartas partes las cifras actuales. Esas cifras muestran la deficiencia de las estrategias actuales que necesitan ser revisadas en forma creativa y audaz. El vih y el sida han venido a agravar esta situación. Es por ello que nos comprometemos como líderes religiosos a promover el pleno ejercicio de los derechos de ciudadanía porque reconocemos que el cuerpo de cada uno es el primer espacio donde se ejercen esos derechos.

Texto Bíblico:
Lucas 1, 39-45 La visita de María a Isabel.
“¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?”

El encuentro y el acompañamiento siempre es un regalo que nos hace Aquel que es fuente de todo diálogo. El que una persona se interese por entrar en el espacio de nuestra existencia o nos invite a entrar en el espacio sagrado de su intimidad y su existencia siempre es una bendición de quien se hace Camino y Vida

La questión central de este pasaje es: ¿quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Todo nuestro compromiso para mejorar la salud materna y todas las acciones que nos comprometemos a realizar siempre nacen y son hechas en nombre y como portadores de Quien es la fuente de la vida. Este compromiso es totalmente gratuito y no tiene como objetivo manipular la vida de nadie. Reconoce que el cuerpo de cada uno es el primer espacio donde se ejerce el derecho de ciudadanía.

A la pregunta de Isabel: ¿quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? se contrapone la respuesta de María: “El Señor ha mirado la humildad de su servidora…” Permitamos, en este Día Mundial del SIDA que el Señor nos mire y podamos aceptar esa mirada de amor totalmente gratuita para que nosotros y nosotras podamos comenzar a mirar a los demás con el mismo amor transformador. Solamente si aceptamos dejarnos mirar en nuestra real dimensión por el amor de Dios que toma la iniciativa eterna de mirarnos con comprensión podremos ser las y los visitadores de la nueva creación, de la soñada sociedad justa y equitativa y de la iglesia inclusiva que proclama la buena noticia

Meta 6. Prevenir el vih y el sida, el paludismo y otras enfermedades.
Sabemos muy bien que en situaciones de pobreza extrema y de hambre, en contexto en los que no existe una equidad de género y se dificulta la autonomía de la mujer que no facilita reducir la mortalidad infantil ni mejorar la salud materna, el vih y el sida, es muchas veces el último renglón de una serie de problemas angustiantes. Para alcanzar esta meta antes del año 2015, tenemos que realizar una clara incidencia en políticas públicas como parte esencial de nuestra vocación religiosa.

Texto Bíblico:
Mateo 15, 21-28. Curación de la hija de una cananea.
“¡Grande es tu fe! ¡Que se cumpla tu deseo!” Y en ese momento su hija quedó curada.

Muchas familias, comunidades y líderes de iglesias han considerado a sus hijos e hijas enfermos de vih o de sida como endemoniados. Ese es el discurso ortodoxamente fundamentalista que se ha escuchado y aún se escucha en muchas comunidades de fe. Esta madre, ella misma estigmatizada y considerada impura, toma una iniciativa para terminar con esa exclusión. Es un relato de empoderamiento.

En nuestro liderazgo, estamos llamados a terminar con esa mediocre comprensión religiosa de las enfermedades. No son los demonios que producen las enfermedades sino los microbios, bacterias y gérmenes. Muchas enfermedades son productos de situaciones de violencia social, de inequidad de género, de injusticia económicas o de explotación cultural. Esos son los demonios contra los que debemos actuar. Lo demás son fábulas que solamente nos distraen del objetivo final de una acción pastoral a favor de un mundo más justo y humano.

Jesús es convertido en este proceso de diálogo abierto con una persona que pertenece a un grupo estigmatizado. Aunque suene extraño, esa es la consecuencia de hacernos vulnerables en el encuentro con la o el diferente. Siempre que nos abrimos a la vida y los proyectos de los grupos vulnerables al vih y al sida, también nosotros y nosotras corremos el riesgo de ser convertidos. La acción pastoral al igual que la acción diacónica de nuestras comunidades cristianas, tiene como objetivo primario hacernos vulnerables a los derechos y dignidades de todos los grupos estigmatizados desde posiciones de poder político o religioso. Este es el centro de este relato y este es el paradigma de nuestra acción pastoral.

La fe que salva a esta mujer es aquella fe y confianza que le permite rebelarse frente a una situación injusta. Hoy quienes acompañamos este proceso de empoderamiento de las personas que viven con vih y con sida también somos vulnerables al clamor contra toda injusticia. Jesús alaba y reconoce esta rebelión y ese empoderamiento.

Esta escena del Evangelio y su conclusión, es única en su estilo, ya que es el único momento en que Jesús de Nazaret cambia de pensamiento y de actitud, evangelizado por una persona en situación de exclusión. Esta historia nos permite también llegar a la conclusión que el respeto de la dignidad del otro o la otra relativiza nuestras afirmaciones dogmáticas para dar libre cause a la solidaridad del amor y al ejercicio pleno de los derechos de ciudadanía de los excluidos y reconocer que las puertas del Reino ya han sido abiertas incondicionalmente para todas y todos.

Meta 7. Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente.
La creación gime esperando la gloriosa manifestación de los hijos e hijas de Dios que ven la cotidiana degradación de nuestra casa común, este cielo y esta tierra. Es por ello que en nuestra incidencia en políticas públicas debemos incorporar los principios de un desarrollo sostenible como elemento transversal a todos nuestros programas de desarrollo. Muchas de las medidas de prevención y si queremos asegurar una fuerte adherencia a los tratamientos antiretrovirales en vih y sida, tenemos que levantar nuestra voz para que para el año 2015 por lo menos 100 millones de personas, hermanos y hermanas nuestras, tengan una vivienda digna.


Texto Bíblico:
Mateo 13, 31-33, 44-52. La parábola del grano de mostaza, de la levadura, del tesoro y de la perla escondida.
“Todo escriba convertido en discípulo del Reino de los Cielos se parece a un dueño de casa que saca de sus reservas lo bueno y lo viejo”.

Estas parábolas nos muestran que el Reino de Dios que es como un árbol al que vendrán pájaros de toda clase, color y costumbres a gozarse y formar parte de ese espacio nuevo creado por una acción pobre y simple. Será el árbol de la inclusividad. Los pájaros representan a todos los pueblos, a todas las personas, a todos los grupos vulnerables que se sienten en su hogar en las copas de este nuevo árbol del Reino. También nos gozamos desde ahora contemplando como, en las manos de Dios, una acción emprendida con tanta simplicidad para garantizar la sostenibilidad del medio ambiente, seconvierte a la gran masa de nuestros hermanos y hermanas en comunidades de pertenencia y finalmente a toda la sociedad en espacios de acogida a los pájaros y personas de múltiples colores. Sabemos desde ahora que un día, y más allá de nosotras nosotros mismos, aquello que hoy realizamos en la debilidad y la vulnerabilidad transformará toda la realidad.

Las otras dos parábolas nos llevan a otra dimensión del Reino, a la dimensión de lo escondido. El énfasis no está en la acción de venderlo todo para poseer ese tesoro, sino en la alegría de haberlo encontrado. Lo escondido en la debilidad del inicio del Reino y lo escondido del Reino no es otra cosa que la teología de la cruz que nos permite tener una mirada escandalosa y paradójica de la realidad de la iglesia y de la sociedad. Esos tesoros y esas perlas las encontramos por casualidad y se nos imponen El centro de nuestra atención debe enfocarse en el encuentro de lo escondido y el gozo que esto produce y el compromiso que surge de ese hallazgo. La alegría esta en descubrir y que se nos revele por distintos caminos aquello que Dios esconde y muestra a la vez. Esa es la única perla que vale la pena poseer.

El compromiso con la simplicidad de vida y todos nuestros compromisos transformadores de la realidad son frutos del hallazgo de aquello que continua escondido para muchos y muchas. Ese encuentro con el tesoro de la cruz y del Reino es lo que permite el despojamiento para lograr ser instrumentos de ese tesoro. Como parte de una vida coherente, el encuentro con la perla de gran precio, impone un estilo de vida que garantice la sostenibilidad del medio ambiente.

El nivel al que nos conduce a la parábola de la red echada en el mar es también una respuesta a las y los impacientes. Esta es la red de la diversidad porque recoge toda clase de peces ahora. Aquello que hará que unos vayan a parar a la canasta y otros y otras sean descalificados porque no sirve se realizará en otro momento. Ese momento es solo conocido por el señor del mar que conoce la naturaleza escondida de sus peces. Esa es una tarea destinada a los ángeles y no a los pescadores. Existe mucha tentación de robarles la tarea a los ángeles y apresurar la exclusión ahora. En nuestra tarea pastoral en el vih y sida estamos llamados a realizar una acción de tal inclusión que pueda transformar nuestras comunidades en red de la inclusión y de diversidad, y dejar la tarea del discernimiento para los ángeles. No debemos ni podemos acelerar los tiempos finales. Solamente así podemos vivir en plenitud la convocatoria amplia, generosa y escandalosa de la red del Reino.

Estas parábolas nos llevan a un discernimiento muy concreto sobre aquello que es lo nuevo y aquello que es viejo. Estamos llamados a ser los escribas del Evangelio convertidos en discípulos del Reino de los Cielos, que sabemos distinguir claramente entre lo nuevo, la gracia sorprendente de Dios y lo viejo representado por una lectura fundamentalista de la ley y voluntad de Dios. Tenemos que distinguir si ponemos nuestro énfasis en la red que recoge toda clase de peces o en la predicación y amenaza de fuego eterno diverso, hornos ardientes, llanto y rechinar de dientes. Tenemos que asumir la decisión de compartir la alegría por el tesoro escondido y ahora revelado y no robarle la tarea a los ángeles en la plenitud de los tiempos.

Meta 8. Fomentar una asociación mundial para el desarrollo.
Si realmente anhelamos con el acceso universal a los tratamientos que garantizan calidad de vida a las personas que viven con vih o con sida, tenemos que desarrollar un sistema de intercambio comercial y financiero mundial basado en normas de justicia, solidaridad y normas éticas, que colocan a las personas en el centro sin ningún tipo de discriminación. El peso de la deuda externa que condiciona todo crecimiento en los países en desarrollo y que muchas veces ha sido contraída en situación de injusticia e inmoralidad en la gestión pública, exigen, del liderazgo religioso romper silencios y complicidades. Las personas que viven con vih o con sida, esperan de cada uno de nosotros y nosotras, no compasión, sino justicia y equidad.

Texto Bíblico:
Mateo 18, 15-20 La corrección fraterna.
Dijo Jesús a sus discípulos: “Les aseguro que si dos de ustedes se unen en la tierra para pedir algo, mi Padre que está en el cielo se lo concederá. Porque donde hay dos o tres reunidos en mi Nombre, yo estoy presente en medio de ellos y ellas”
Este texto del Evangelio tenemos que ponerlo en perspectiva del Reino. El objetivo que subyace en el mismo es la defensa y protección de los más vulnerables a los sistemas de exclusión. El núcleo del texto y la intención es encontrar reglas para que las personas no sean fácilmente excluidas. En nuestro diálogo con las personas y los grupos en situación de vulnerabilidad al vih y sida esta perspectiva tiene mucho sentido y significado. En el antiguo régimen interpretativo, se podía excluir por el simple hecho de vivir con una enfermedad que les impedía ejercer plenamente sus derechos religiosos y civiles porque las enfermedades revelaban impurezas litúrgicas y teológicas Se podía excluir por no pertenecer a un determinado pueblo que se consideraba elegido y excluyente. Se podía excluir a la mujer en su período menstrual, o al esclavo o al eunuco, considerados imperfectos. La lista era extensa.
El nuevo paradigma de Jesús me habla de tratar a paganos, gentiles, samaritanos, mujeres, eunucos, enfermos, recolectores de impuestos, es decir, a toda la gama de personas estigmatizadas por el antiguo régimen como compañeros y compañeras de mesa y comidas. En definitiva, puedo transformar este texto desde esa lectura terrible de exclusión en un texto de escandalosa inclusión.

Si tomo el ejemplo de Jesús de Nazaret y sus comidas con toda clase de personas sospechadas de impurezas teológicas variadas y que le condujeron a la cruz, ya que la mayor acusación fue la de comer con paganos y publícanos, no puedo ni quiero asumir otra conducta que no sea la que me revela comunión de las comidas de Jesús. En el contexto de la epidemia del vih y del sida, en el diálogo con las personas que viven con vih y sida, a quienes muchos y muchas consideran teológicos y pastorales, como paganos y publícanos, nuestra única y principal propuestas es mayor celebración de comunión. La llave que estamos llamados a utilizar es que celebra la comunión y el trabajo en red. Asumir la responsabilidad de un trabajo en unidad y en red que tenga como objetivo liberar de los muchos y diversos estigmas que han construidos nuestros sistemas de exclusión no puede ser meramente teórico, tiene que hacerse visible en las mesas que son signos precursores del Reino.

Ese Reino trascendente, la utopía eterna de que es posible otro mundo y otra iglesia, nos convoca a una acción transformadora en el nuevo espíritu, acción santificadora de cuanto toca, redentora de toda opresión y que usa la llave de la liberación de todos los poderes de desatar estigmas y exclusiones. Ese Reino nos convoca a sostener la creación que gime ahora y aquí por la manifestación de los hijos e hijas del nuevo paradigma de las comuniones. Ese Reino nos llama a fomentar asociaciones mundiales para un desarrollo sustentable que va más allá de todas nuestras lógicas , y que siempre celebran nuestras cenas de la inclusividad.

Adhieren:
Acción Ecuménica. Venezuela
Asociación Civil Espacios Sociales de Inclusión, Buenos Aires, Argentina
Centro Cristiano de Reflexión y Diálogo-Cuba, Rev. Raimundo García Franco Director Ejecutivo.
Congregación Evangélica Luterana "Cristo Salvador". Lima. Perú. Alejandro Ramos Palomino
Coordinación Regional para América Latina y el Caribe del Plan de Acción en VIH-SIDA de la Federación Luterana Mundial. Pastor Lisandro Orlov
Diaconia. (Brasil) Rev. Sérgio Andrade
Educación Popular en Salud (EPES) Chile
Federación Universal de Movimientos Estudiantiles Cristianos América Latina y el Caribe (FUMEC ALC / WSCF LAC: Rev. Dan González Ortega Secretario Regional)
Guillermo C. Font. Consejero Pastoral de la Iglesia Evangélica Menonita de Trenque Lauquen. Director y Editor de la Revista Kairós (Fundación Kairós, Buenos Aires).
Fundación de Ayuda Social de las Iglesias Cristianas. (FASIC) Chile. Nicolás Gómez Núñez
Iglesia Evangélica Bautista de Constitución. (Argentina) Pastor Juan José Barreda Toscano
Iglesia Evangélica Luterana en Chile. Pastora Dra. Gloria Rojas
Iglesia Reformada en Argentina. Pastor Gerardo Oberman.
Igreja Evangélica Reformada de Angola (IERA). Departamento de Literatura e Comunicaçao. Programa de VIH-SIDA e Drogas
Iglesia Evangélica Valdense de Flores (Buenos Aires-Argentina) Pastor Oscar Eduardo Nuñez.
Misión Sacerdotal Tercermundista. (Argentina). Rev. Alejandro Soria, Rolando Bottino Malacrida.
Misión Santa Teresita. (Argentina). Oscar Benitez.
Pastoral Ecuménica VIH-SIDA. Argentina
Pastoral Ecuménica de Acompañamiento a Personas Viviendo Con VIH -SIDA- Chile- Carmen Molina
Pastoral Popular de la Región Metropolitana de la IEMA
Foro de Género de CLAI Argentina